Pasa la Voz; estrategia comunitaria para la prevención del VIH

Saúl Miranda Ramos

En Chile, 71.000 personas viven con VIH según el MINSAL (2019). Chile y Brasil son los dos países latinoamericanos donde ha aumentado la mortalidad por SIDA y la incidencia de VIH pese a haber métodos de prevención y tratamiento (Chahín, 2019 en MINSAL). Como parte de una estrategia de prevención, en el Diplomado Internacional en Psicología Comunitaria; metodologías para la acción social en salud, educación y organizaciones, dentro del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Salud de nuestra universidad, se implementó el módulo Pasa la Voz. Es una estrategia comunitaria para la educación de pares que fortalece a líderes comunitarios de las poblaciones con mayor riesgo de adquirir VIH para que llevan mensajes clave en función de un mejor acceso a la salud: entre ellas a los servicios de pruebas rápidas de VIH, uso correcto del condón, y la profilaxis pre-exposición (PreP).


Para avanzar en la prevención del VIH es necesaria una educación sexual científica; así, derribar mitos y prejuicios en torno a la sexualidad humana. En el diplomado se analizaron conceptos como sexo, género, identidad sexual, identidad de género, orientación sexual, prácticas sexuales, expresión de género, infecciones de transmisión sexual (ITS) en ámbitos tanto biológico como psicológico y social. Posteriormente, se problematizaron los mismos conceptos para re-construirlos y así ofrecer una perspectiva más amplia que la inicial. Este apartado concluyó en la relevancia de tratar los prejuicios y el desconocimiento de la sociedad en torno a la sexualidad humana; en específico aquellos de las comunidades o las prácticas sexuales de mayor riesgo a adquirir el VIH que son: usuarios de drogas inyectables, comercio sexual, hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y migrantes (Alarcón, Chahín, Muñoz, Wolff y Northland, 2017).

Pasa la Voz incluye el involucramiento de personas de las propias comunidades para que participen como personas semilla; esto es, que pasen los mensajes de prevención a otros integrantes que forman parte de sus estructuras o redes comunitarias. Para ello se utilizan historias de vida y se derivan a servicios educacionales y de salud. Esta intervención en países como México ha funcionado pues se incrementó de un 11.9% a un 49.9% el número de personas que aceptan hacerse una prueba de VIH. Con ella, hubo un aumento significativo de personas que reciben información incluso a aquellas que con otras estrategias no había sido alcanzada, (FUNSALUD, 2013).

Para realizarla se requiere identificar y capacitar a las personas que harán trabajo en terreno, la elaboración de un mapa geográfico y de la virtualidad en donde socializan las personas meta. Ahí seleccionar a las personas semilla, es decir, a quienes difundirán los mensajes. Estas deben ser personas de las propias comunidades meta, que conocen de primera mano a las personas más afectadas por el VIH, manifiestan respeto por las diferencias, que han trabajado sus prejuicios y actitudes discriminantes o estigmatizantes, tienen información actualizada y objetiva sobre el tema; y tienen habilidades para facilitar sesiones grupales de aprendizaje. Se reclutan a las personas semilla y se les capacita para diseminar mensajes claros, oportunos, científicos, inspiradores, memorables, positivos, llamativos, específicos; y, sobre todo, tomados de experiencias de las comunidades con las que se trabaja. También, se recolectan historias modelos y con ellas se construyen afiches que incluyen evidencia de cambios de conducta positivos hacia la prevención desde un breve relato de personas reales que han dado su consentimiento para contar su historia con resguardo de su identidad. Estas historias sirven como inspiración para hacer educación comunitaria en torno a temas de sexualidad; estos son algunos ejemplos de ellas.

Figura 1. Historia modelo con nombres e imágenes ficticias para resguardar el anonimato

Figura 2. Historia modelo con nombres e imágenes ficticias para resguardar el anonimato.

En el Diplomado, fueron 27 profesionales provenientes de carreras como educación, psicología, terapia ocupacional, trabajo social, nutrición, entre otras, quienes se formaron en esta metodología para implementarla en sus lugares de trabajo en regiones como La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, y El Bio-bio en sectores tanto públicos como privados. Se espera que poco a poco, con acciones como esta, con la implementación de una adecuada y científica educación sexual, así como con servicios de salud se puedan ir disminuyendo los casos de la pandemia llamada VIH.

Mucha gente pequeña, en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo
Eduardo Galeano


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