El poder de una voz

Rocío B. Riquelme Lagos
Universidad Católica de Temuco

Resultado de imagen para vozPara contemplar la vida social es necesario usar más que solo los ojos que muchas veces son insuficientes, ya que somos muchísimo más que solo un montón de patrones culturales los cuales se pueden cuantificar y predecir.  En primer lugar nos marca nuestra historia tanto individual como colectiva, así mismo cada persona es diferente, como una llama vibrante que brilla con luz propia en su individualidad y a su propia forma aportan y complementan desde esa diferencia a una comunidad. Así también, como característica propia de los grupos humanos, la comunicación es inherente, y es a través de ésta que nos construimos, y es un derecho que nadie lo puede arrebatar. Es por esto que muchas veces aquellos que se atreven a testimoniar las falencias de nuestra sociedad  resultan peligrosos para los que se niegan a observar, ya que su voz tiene el poder de resonar en el alma de la comunidad más fuerte de lo que aprietan las cadenas simbólicas impuestas. Las palabras son suficientes para abrir los ojos y quitar las máscaras dejando al descubierto la verdad, y es así como logran también la unidad y la convocatoria, desde la harmonía de las voces honestas. De la misma forma es como la verdad revelada resulta ser un problema para aquellos que concentran el poderío, ya que les es difícil recuperar lo perdido, puesto que independientemente de que se tenga el dominio sobre las cosas materiales, jamás sobre la convicción y el placer de pensar por sí mismos, lo que nos deja en evidencia que incluso si se intentan apagar las voces resonantes con artimañas e injustas medidas, estas jamás dejan de resurgir y aclamar por libertad e igualdad. En conclusión,  somos muchísimo más que solo un montón de patrones culturales, y en la interacción, aquellos que se atreven a testimoniar las falencias de nuestra sociedad resultan siendo un problema para los sistemas establecidos porque la verdad revelada puede llegar a ser mucho más peligrosa que las armas y aquellas cadenas invisibles que hemos sido obligados a portar.

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