El Diario de campo como instrumento para generar sistematización en la observación y procesos reflexivos.


por: J. Friz
Docente: Saúl Miranda Ramos
Universidad Católica de Temuco

Resultado de imagen para diario de campoA lo largo de la historia de las ciencias sociales, muchos métodos han tenido cabida para el análisis de la realidad social y su contenido. Pero sin duda alguna, uno de los más relevantes y más utilizados históricamente ha sido el método de la observación. Este consiste en dar cuenta de los hechos que ocurren en un determinado momento de una forma sistemática, con énfasis en aspectos que puedan ser determinantes para el objetivo de alguna investigación. Dentro de las formas más comunes para sistematizar las observaciones de campo se encuentra el diario de campo. Este último, es un instrumento que consta de tres componentes principales que lo convierten en un método idóneo para sistematizar la observación y generar instancias de reflexión.

Continuando con este punto, estos tres componentes principales del diario de campo se pueden alinear en una portada o caratula, una petición preventiva y un reporte de actividades. Primero, la portada debe incluir algunos datos de identificación del investigador y ser reconocible como tal. Estos datos deben contemplar, entre otras cosas, la institución, división, departamento, sección, Programa o Proyecto y debe también establecer el nombre del profesional y, finalmente, el año. Un ejemplo lineal de este contenido puede ser el siguiente; Universidad de Costa rica, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Trabajo Social, Proyecto Teórico-Práctico San Mateo de Alajuela, Licenciado: Alberto Abarca Zeledón, 1991. En segundo lugar, La petición preventiva implica un escrito en una segunda hoja donde se exprese el valor del diario en caso de extravió. Esto es expresamente una solicitud al lector para que en caso de que el Diario se pierda pueda ser devuelto al profesional. Un Ejemplo de esta petición es la siguiente: “Este cuaderno tiene poco valor para otra persona que no sea su deño/a, sin embargo es muy necesario para ayudar a otras personas. Para ello si en algún momento se extraviara y usted lo encuentra, le rogare encarecidamente devolverlo al licenciado Alberto Abarca Zeledón en la siguiente dirección…” Por último, El reporte de actividades es el grueso del diario y debe contener un registro de lo observado durante los procesos investigativos. El reporte de actividades siempre debe tener un carácter planificado y mantener el anonimato de las personas a quien se describe. Además, la estructura del reporte debe considerar la fecha de la actividad o tarea; día, mes, año, actividades a realizar y, someramente, el propósito u objetivo de la misma. Esto significa cuando, qué y para qué. En resumen, un diario de campo debe ser reconocible por estos tres elementos significativos, la portada, la petición y su estructura.

Así mismo, hay que considerar que en el diario de campo es muy importante la sistematización de la observación, que se logra a través de la descripción, argumentación e interpretación de los datos obtenidos en el campo. La descripción consiste en detallar de la manera más objetiva posible el contexto donde se desarrolla la acción. También, esta consta de contar que objetos hay, como están ubicados y qué características tiene el lugar, con énfasis en la relación que esto tiene con la situación objeto de estudio y no meramente un contar por contar. En esta parte de la descripción también se describen brevemente las relaciones y situaciones de los sujetos en ese contexto y esa cotidianidad. Continuando, La argumentación corresponde a relacionar con elementos teóricos u otras experiencias las descripciones de lo observado con la finalidad de profundizar el contenido del diario. Con la argumentación se le da la razón de ser un diario de campo y no un mero diario de vida. Estos aspectos adquieren mayor relevancia porque permiten abrir la indagación en la investigación que se desarrolla. El último paso es la interpretación, que involucra un proceso de comprensión extrapolado con la experiencia vivida para entender que es lo que sucede. Para esto, es necesario mezclar los argumentos teóricos con la experiencia obtenida en el proceso de observación para comprender el contexto en que se está inmerso. Así también, La comprensión permite una mayor consolidación de los datos obtenidos. De estos tres puntos se puede sintetizar que la sistematización de la observación en un diario de campo depende de la capacidad de dar cuenta de diferentes momentos de análisis, la descripción de hechos, la argumentación con elementos teóricos y la interpretación con lo ocurrido en la realidad.

Por último, el diario de campo, al igual que las formas descritas anteriormente, logra generar instancias de reflexión al entender la información como forma de análisis. Esto ocurre ya que el diario refleja elementos conceptuales, cognitivos, emocionales y relacionales de orden personal que permiten un análisis más profundo de la experiencia, cuando el redactor relata desde su perspectiva lo hechos ocurridos y que le movilizan. Estos aspectos también movilizan en el lector emociones y cogniciones que promueven procesos introspectivos. Agregando a esto, se puede decir que el diario de campo es un instrumento reflexivo en cuanto recoge al investigador y al medio observado para generar un entendimiento de este último. Esta reflexión es de carácter intersubjetiva ya que se recoge la información del redactor y su forma de interpretar la realidad de otros. Además, al entregar información de estas interacciones también se puede generar información sobre las formas de relacionarse en los procesos investigativos. Así también, La narración dentro del diario de campo moviliza un conocimiento reflexivo sobre cómo y cuál es el propio aprendizaje profesional. Esta forma de expresión literaria es muy propia de las ciencias sociales y permite dar cuenta de los hechos en forma secuencial y analizar las transformaciones que el redactor tiene mientras se desenvuelve en su rol profesional. De estos elementos se desprende la idea de reflexión entendiéndola desde los diferentes procesos de análisis que puede tener la información del diario de campo, desde las experiencias emocionales o cognitivas, las relaciones entre el investigador y el medio a estudiar y la forma de descripción narrativa de los hechos cotidianos.

En conclusión, el diario de campo se comprende como un instrumento de recopilación de información que consta de una estructura conformada por una portada, una petición de devolución y un registro de actividades o contenido teórico. También es importante tomar en cuenta que el diario de campo necesita ser escrito con un sistema de trabajo que consta de tres fases, la descripción de los hechos, una argumentación con elementos teóricos y extrapolar esto con la realidad o medio observado. A su vez, igualmente se puede considerar al diario de campo como un elemento que permite generar instancias de reflexión al realizar un análisis de la información descrita considerando los elementos personales puestos en el diario, la relación entre el redactor y el medio y al ver el proceso de escritura como una narración misma.


Referencias:

Obando, L. A. V. (1993). El diario de campo. Revista Trabajo social18(39), 308-319.

Albertín Carbó, P. (2007). La formación reflexiva como competencia profesional. Condiciones psicosociales para una práctica reflexiva. El diario de campo como herramienta. Revista de Enseñanza Universitaria, (30), 7-18.

Martínez, L. (2007). La observación y el diario de campo en la definición de un tema de investigación. Revista Perfiles Libertadores4, 73-80.

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