Por José Friz
Prof. Guía: Saúl Miranda Ramos
Universidad Católica de Temuco
A lo largo de la
historia de la ciencia, muchas han sido las metodologías propuestas para
organizar la información resultante de los procesos investigativos, la mayoría
de estas, se reducen a constructos numéricos propios del enfoque cuantitativo.
Por el contrario, para los datos cualitativos, se han tenido que desarrollar
complejos sistemas de análisis para el tipo de información lingüística, que
respondan de la manera más similar al orden establecido por los métodos más
cuantitativos, todo bajo un marco general, el positivismo. Dentro de este
marco, una de las herramientas más utilizadas y efectivas ha sido
históricamente el análisis del discurso, el cual que cumple un rol fundamental
en las ciencias sociales principalmente por sus orígenes, su tradición franco-anglosajona
y su forma de aplicación.
El análisis del
discurso tiene un origen confuso, pero es posible identificar algunos
acontecimientos que lo hicieron posible. Desde el punto de vista lingüístico se
pueden identificar tres hitos importantes. El primero de ellos es el abandono
de la oración como unidad de análisis, ya que, en 1957, Z. Harris propuso una
teoría lingüística destinada al análisis de los encadenamientos de enunciados,
y no al funcionamiento interno de la oración. Seguido de este se encuentra el
“redescubrimiento” y la redefinición del sujeto, donde se comprende la lengua
como un sistema de signos que sólo puede ser aprehendido en relación a
determinados parámetros situacionales o, en su terminología, a una determinada
enunciación. Y por último cabe destacar la preocupación por el uso del lenguaje
en la comunicación, siendo su naturaleza comunicativa de los sistemas de signos
y la comprensión del lenguaje los elementos de más interés. Existe también, desde
el campo de la filosofía, tres elementos constituyentes para el origen del
análisis del discurso. Estos son, a) la pragmática y la teoría de los Actos de
Habla, donde Austin en 1962, introdujo en la filosofía del lenguaje el concepto
de performatividad: el uso del lenguaje no consiste simplemente en decir, sino
que tiene también, y principalmente, una dimensión accional, es “hacer”. b) La
perspectiva arqueológica, donde los analistas del discurso se apropiaron de
conceptos clave como formación discursiva, práctica discursiva, dispositivo,
sistema de dispersión, influenciados por Michael Focault y c) El principio
dialógico, desarrollado por el “Círculo de Bajtín”, que implica comprender la
función comunicativa como inherente al lenguaje, lo cual determina la
imposibilidad de estudiarlo fuera de sus contextos sociales de uso. Más tarde,
estas perspectivas dan paso a corrientes conformadas a partir de los años 70´.
Como, por ejemplo; La llamada Escuela Francesa de Análisis del Discurso, que
toma como unidad de análisis, siguiendo al dispositivo de enunciación que
vincula dialécticamente (y no por un presupuesto causal) una serie de
regularidades lingüísticas y textuales con determinados actores y prácticas
sociales. Así también, la corriente de la Lingüística Crítica o Análisis
Crítico del discurso, que privilegia como objeto de análisis las relaciones de
poder en una coyuntura específica, menos atento a los funcionamientos
discursivos que a los fenómenos políticos en los que estos se desarrollan. En
síntesis, se puede comprender que el análisis del discurso nace desde varios
hitos que determinan su desarrollo, siendo algunos de ellos reformulaciones de
conceptos lingüísticos como la redefinición del sujeto y la aparición de
escuelas en diferentes países enfocadas al análisis del discurso, por nombrar
algunas la escuela francesa y la escuela de análisis crítico con énfasis en lo
político.
Como bien se
describía en el párrafo anterior, existen algunas escuelas de pensamiento que
han desarrollado el análisis del discurso en profundidad, algunas de las más
importantes son aquellas de tradición anglosajona y francesa. La primera de
ellas, la anglosajona propone que el lenguaje puede afectar la realidad social.
El principio básico en el cual descansa uno de los postulados de esta escuela,
es que el lenguaje puede ser entendido por su uso. Esto implica que la práctica
lingüística refleja un hacer y, además, la idea de que un analista puede
observar la interacción e interpretar lo que está sucediendo. En esto, hay que
considerar que este análisis no es simple interpretación o hermenéutica, sino
que el investigador utiliza una amplia gama de herramientas (como la retórica,
o la pragmática) para explicitar lo que queda implícito en el lenguaje. Por
otra parte, en la segunda tradición, de cohorte francesa, están más presentes
la influencia de varios pensadores y enfoques europeos. Uno de ellos es Michel
Foucault, que entregó herramientas para el análisis del discurso desde sus
postulados relacionados con el poder. Otra influencia importante es la teoría
de la enunciación, una forma de pragmática desarrollada en Francia de forma
genuina, que postulaba algunas operaciones fundamentales para el análisis del
discurso; la diferenciación texto-discurso, la distinción locutor/enunciador y
la operacionalización del corpus. Por tanto, si bien existe una amplia
tradición de pensamientos relacionados al análisis del discurso, si se quiere
nombrar a algunos de ellos para tener una reseña clara y concisa, se pueden
considerar como relevantes a la tradición anglosajona y francesa, cuyos
aportes, respectivamente, le dan un sentido al análisis del discurso a partir
de la observación del hacer y un orden a la forma en que esta observación debe
realizarse.
De la misma
manera, es importante considerar la forma de aplicación del análisis del
discurso consta de 3 pasos fundamentales. El primer paso implica la definición del
proceso que ha de analizarse a partir de preguntas. Estas preguntas hacen
referencia al fenómeno social que se está intentando estudiar, aclarar o
comprender. Además, hay que considerar que los resultados pueden ser infinitos,
desde la premisa de que ningún discurso existe independientemente de otro,
siempre hay alguna relación. Este fenómeno se conoce con el termino de
intertextualidad y es considerada como una característica principal en el
análisis del discurso. El segundo paso es la selección del material relevante para
el análisis. Para este paso se necesita tener muy bien definido que es lo que
se quiere estudiar y de esta forma poder extraer los datos. Por ejemplo, para
investigar una comunidad es necesario obtener información de artículos
científicos, documentos, aplicar entrevistas o encuestas, este material es el
que se analizará posteriormente. El tercer paso es el análisis propiamente
dicho en el cual hay que considerar algunos elementos centrales para analizar.
Uno de ellos son los actos del habla, que se consideran los mensajes
primigenios de la acción. Otro elemento importante es la pragmática, o los
significados tal y como se dan en su contextualización. También es importante
analizar la retórica, o la estructura argumentativa y formal de un texto.
Además de estos, también es necesario dar cuenta de los repertorios
argumentativos con las que los locutores construyen sus discursos, para ver como
enfrentan los procesos comunicativos. Y, por último, es necesario detectar
algunas polaridades y deconstrucciones en el discurso (singular/múltiple,
consiente/inconsciente). En resumen, se desprenden de este apartado tres pasos
a grandes rasgos que describen el análisis del discurso, siendo el primero una
preparación previa a partir de preguntas, seguido de una selección de
materiales para extraer datos según la naturaleza del objeto de estudio que se
quiera investigar y por último el análisis como tal, el cual considera algunos
niveles de análisis como la retórica y la pragmática.
A modo de
conclusión, se puede decir que los párrafos anteriores desprenden algunas
nociones sobre el análisis del discurso, como lo son su origen histórico,
marcado por variados hitos en la filosofía lingüística, o la antropología.
Además, se nombran algunas escuelas del pensamiento, que aportan con
teorizaciones para el hacer en el análisis del discurso, y una estructura a
grandes rasgos sobre el cómo se debe preparar y llevar a cabo un análisis del
discurso, contenido este en tres pasos fundamentales, definición de proceso,
elección de materiales y el análisis propiamente dicho. Cada uno de los
aspectos nombrados puede contener en sí una variada cantidad de niveles de
análisis, que en profundidad conforman un complejo sistema, que en estas
páginas se intenta describir de la manera más sencilla posible, invitando al
lector a sumergirse en el amplio mundo del análisis del discurso.
Referencias
Bonnin, J (2006). Análisis del discurso.
Documento de trabajo. Universidad de Buenos Aires.
Íñiguez, L (2003). Análisis del discurso.
Manual para las ciencias sociales. Capitulo III, el análisis del discurso en
las ciencias sociales: variedades tradiciones y prácticas. Editorial UOC. Pp. 83-124
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