¿Qué es el análisis de contenido? Algunas características principales


Por José Friz
Prof. patrocinante: Saúl Miranda Ramos
Universidad Católica de Temuco

En la investigación científica, una parte fundamental dentro del trabajo investigativo es el análisis de la información recopilada. Para esto, existen variadas técnicas estructuradas que permiten realizar un desglose sistemático y ordenado, siendo uno de los métodos más comunes para las ciencias sociales el análisis de contenido. De esta forma, el análisis de contenido es considerado como una herramienta de investigación para la formulación de inferencias aplicables a un contexto, cuyas características principales son el trabajo con el contenido simbólico de los mensajes, estar compuesto por una metodología sistemática y tener varios tipos de clasificaciones.

Para empezar, la interpretación simbólica de los mensajes en el análisis de contenido puede contar con varias características, de las cuales se mencionarán 3 especificas. Primero, el contenido simbólico tiene que ver con los significados de los mensajes. Estos mensajes no tienen un solo significado, siempre será posible contemplar los datos desde varias perspectivas. Además, no es necesario que exista coincidencia entre los significados, ya que estos pueden ser un consenso de personas que compartan algún elemento cultural y no son determinantes para el análisis del contenido. Igualmente, otro rasgo característico de los mensajes en el análisis de contenido es que informan a una persona de manera vicaria, es decir, proporciona al receptor información sobre cosas que suceden en un ámbito lejano, tal vez ocurridas en el pasado o ser ideas de otras personas. Segundo, el contenido simbólico puede tener variadas fuentes. Una de ellas puede ser el material bibliográfico como revistas, artículos o libros científicos. Otra fuente pueden ser documentos personales, como diarios, cartas o ensayos. Además de estas, también se pueden analizar transcripciones de entrevistas. Tercero, este trabajo propone situar al investigador en un marco referencial prescriptivo, analítico y metodológico. El marco referencial incluye los datos tal como se comunican al analista, en su contexto, la forma en que el conocimiento del analista lo obliga a dividir su realidad, tomando en cuenta a un objetivo, una inferencia y una validez empírica como criterio máximo de éxito. Así también, por prescriptivo se entiende que este marco debe guiar la conceptualización y el diseño de los análisis. De la misma manera, esta técnica es analítica en cuanto deja claro cómo se analizan los datos, identificando la estructura del análisis, categorías, variables y codificaciones.  En síntesis, este marco referencial permite realizar una construcción sistemática de inferencias desde la metodología antes expuesta, siempre buscando representar una característica de la realidad estudiada. Así mismo, el contenido simbólico en el análisis de datos implica reconocer la diversa naturaleza de fuentes escritas (como entrevistas o diarios), sus características, y contar con una metodología científica para estructural el análisis.

Continuando, el análisis de contenido cuenta también con algunos pasos metodológicos para trabajar la realidad observada. Por ejemplo, como trabajo previo a la obtención de los datos, el investigador debe procurar contar con los procedimientos propios de cualquier investigación social. Esto implica contar con la formulación de un problema social, los objetivos y en su caso las hipótesis correspondientes. Una vez formulados estos elementos una tesis puede ser operativa e intentar cumplir su función de hilo conductor de una investigación. De esta forma se puede determinar qué se va a observar y cómo, y así se delimita también como serán los datos para el análisis de contenido.  El siguiente paso es elegir los documentos pertinentes que se analizaran para conformar el corpus o universo de análisis. Estos datos deben ser homogéneos e intentar contener información de la misma naturaleza. De la misma manera, se seleccionan los datos para verificar las hipótesis (en el caso de tenerlas) y crear un sistema de categorías. En esta parte pueden identificarse datos irrelevantes para la corroboración de la hipótesis y pueden ser extraídos del análisis. Así mismo, con los datos relevantes se establecen categorías o construcciones conceptuales del investigador a partir de expresiones que tengan valor informativo. Tras estos pasos previos, se crean unidades de análisis; muestreo, contexto y registro. Este diseño permite realizar una extracción de datos para transcribirlos en un documento intermedio, luego codificarlos y transformarlos en un libro de códigos. Este libro de códigos consta de definiciones específicas que luego son explotadas por medio de asociaciones o comparaciones hasta encontrar la información más contingente. Por tanto, los pasos explicados anteriormente a grandes rasgos, presentan el cuerpo metodológico u operacional para el análisis de contenido y de esta forma llegar a representar parte de una realidad observada.

Además, existen muchos tipos de clasificaciones para el análisis de contenido, siendo algunos de ellos los propuestos por janis, Stone & Dunphy y Holsti.  El primero (Janis) ofrece una clasificación con tres distinciones; análisis de contenido pragmático, semántico y de vehículos-signos. El análisis de contenido pragmático implica a procedimientos que clasifican los signos según su causa o efecto probable (por ejemplo, computo de cuantas veces se dice algo que puede favorecer/limitar una situación). Así mismo, el análisis de contenido semántico clasifica los signos de acuerdo con su significado, haciendo distinciones a nivel de designaciones (frecuencia en que se hace referencia a un determinado objeto/sujeto), otro a nivel de atribuciones (frecuencia en que se remiten ciertas características de un objeto/sujeto) y análisis de aseveraciones (frecuencia de caracterizaciones de modos particulares hacia un objeto/sujeto). Continuando con lo anterior, la ultima distinción propuesta por Janis es el análisis vehículo-signos, que tiene que ver con procedimientos que clasifican el contenido de acuerdo con las propiedades físicas de un signo. Por otra parte, los segundos autores, Stone & Dunphy, proponen diferentes ámbitos de aplicaciones para el análisis de contenido. En una primera perspectiva consideran al periodismo y la comunicación de masas como el origen histórico de esta técnica. Más tarde, el análisis de contenido se amplió a otros campos de investigación como la psiquiatría, psicología, historia, antropología, filosofía, análisis literario, educación y lingüística. Así también, el ultimo autor mencionado, Holsty, sitúa al análisis de contenido bajo tres finalidades principales. La primera dice que el análisis de contenido tiene por finalidad describir las características de la comunicación entre un emisor y un receptor, averiguando que se dice, como se dice y a quien se dice. La segunda finalidad para el análisis de contenido implica formular inferencias en cuanto a los antecedentes de la comunicación, averiguando porque se dice algo. Por último, otra finalidad del análisis de contenido es formular inferencias sobre los efectos de la comunicación, averiguando con que efecto se dice algo. De esta forma, los autores mencionados anteriormente dan muestra de algunas utilidades, conceptualizaciones y aplicaciones que existen en torno al análisis de contenido, algunos centrados más en los ámbitos de uso de esta técnica y otros más centrados en los niveles de análisis de la misma.

En conclusión, se puede dar cuenta que el análisis de contenido es una compleja, pero sistematizada herramienta de investigación para problemáticas sociales, cuyas principales características son estudiar el contenido de los mensajes, signos y símbolos en la comunicación a diferentes niveles. Además, la información para el análisis se puede obtener de diferentes fuentes, ya sean estos diarios de campos, entrevistas, artículos o libros y existe una estructura muy definida para llevar acabo el trabajo. Tanto es así, que, para dar cuenta de un buen proceso en el análisis de contenido, primero se deben cumplir con algunos pasos previos, como tener preparada una formulación de objetivos e hipótesis propias de una investigación. Así mismo, a grandes rasgos, los pasos siguientes implican dar un orden a los datos para generar categorías, que luego se transforman en un libro de códigos, y luego esta información es explotada hasta encontrar los datos más pertinentes que logren representar alguna característica lo más cercana a la realidad.
  
Referencias:

Bernete, F. (2013). Análisis de contenido. AL Marín y A. Noboa (Coords.), Conocer lo social: estrategias y técnicas de construcción y análisis de datos, 193-225.

Krippendorf, Klaus (1990). Metodología del análisis de contenido. Barcelona: Paidós.

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