Francisco Alberto García y
Saúl Miranda Ramos
Introducción
En el
presente proyecto de investigación sobre modelos de masculinidades con jóvenes universitarios de Jonotla, se muestra el panorama de la investigación que se
pretende realizar. Se encuentra el planteamiento del problema, en el cual se
problematiza el problema de investigación con lo observado de forma previa con
los estudiantes de la Universidad del Desarrollo del municipio de Jonota, así como, los fundamentos teóricos a
los que se recurren para adoptar una postura amplia y crítica ante lo que se
pretende investigar.
El objetivo central y los objetivos específicos que se
desean alcanzar, a través de técnicas determinadas para la
recopilación de datos. De esta manera se plantea un marco teórico de carácter tentativo, en el cual se anuncia el contenido que respaldará dicha
investigación. La base de esta investigación a desarrollar parte de un modelo de cualitativo, con un
tipo de investigación exploratoria centrada en descubrir lo que realmente
existe, siendo flexible con el investigador y los investigados.
Se muestran las técnicas que se utilizaran para la recogida
de los datos, las cuales se explican brevemente. También se mencionan los
recursos humanos y materiales, que serán utilizados, así como sus costos, que
muestran la inversión humana y material de dicho proyecto de investigación. Es
importante mencionar que se contemplan también los obstáculos y las
limitaciones a los que se puede enfrentar el investigador y la muestra a
investigar.
La
metodología diseñada que señala como sera el desarrollo de la investigación
desde su inicio, hasta la recopilación y análisis de los datos, permitiendo su
viabilididad y flexibilidad para cumplir
con los objetivos establecido. Se hace referencia a la bibliografía que se
utilizará para respaldar y fundamentar de manera teórica esta investigación
pretendida, finalizando con un cronograma de actividades el cual contiene los
tiempos en que se desarrollará cada actividad.
1.1. Planteamiento del problema
Los
modelos de masculinidades son las formas en que percibimos los diferentes roles
que ejercen los hombres en la sociedad, es así como muchas veces podemos referirnos
a ellos como seres fuertes, superiores a
la mujer aunque solo sea por su fuerza física, como los jefes de la familia, el
hombre de la casa, el que debe trabajar y ver por el sustento de la familia, el
que realiza los trabajos pesados. Nos damos cuenta que son múltiples las formas
en las que un hombre puede ejercer su papel en sociedad es por eso que hablamos
de modelos de masculinidades.
Así
nos encontramos con el modelo de masculinidad hegemónica, que es un término
relativamente reciente en los estudios de género que alude a la construcción de
un rol de hombre socialmente reconocido, formado por la tradición y el sistema
político, social y cultural y aprendido en los principales entornos
socializadores, como son la familia, el grupo de iguales, la escuela o los
medios de comunicación. Se refiere por tanto al modelo de “ser hombre”
construido bajo el sistema patriarcal de sociedades jerárquicas como la
nuestra, que subordina a otras masculinidades, a las que infantiliza, disminuye
y/o feminiza, y cuyas características fundamentales serían las de ser
proveedor, trabajador, responsable, racional, emocionalmente controlado,
heterosexual activo, jefe del hogar, padre, fuerte y blanco, con dominio sobre
otros hombres (Sipión, 2008).
Sin
embrago, existen otros discursos en los cuales se afirma que las masculinidades
son de otra forma, de esta manera encontramos el hombre amable, tierno,
cariñoso, caballeroso, respetuoso y que comparte con sus pareja las labores del
hogar.
Cada persona nace y se desarrolla en contextos,
culturas y personas diferentes esto le crea experiencias distintas. Estas
diversas formas que tienen el hombre de dirigirse en su vida han sido
construidas en sociedad, sin olvidar que el rumbo que ha tomado nuestra actual
sociedad ha sido construido por el hombre y parte de esta sociedad es la
inequidad de género. Podemos comprenderlo mejor desde la óptica del
socioconstrucionismo, que nos muestra la manera en la que el hombre a partir de
sus experiencias en sociedad, se moldea y toma forma su comportamiento, sus
ideas, y la dirección de su vida.
La
postura tradicionalista dice que el hombre es el que manda, la mujer obedece.
Que los roles están dados por la naturaleza en el marco de una cultura
androcéntrica, donde la sociedad asume el “ser” hombre y el “ser” mujer como
“natural” y no como construcción socio-histórica, permite considerar
valorativamente y apoyar socialmente que los hombres y lo masculino son
superiores, más capaces y más útiles que las mujeres. Por ello – se cree que –
es legítimo que tengan el monopolio del poder, de dominio y de violencia.
“En
un mundo dominado por los hombres, el de éstos es, por definición, un mundo de
poder. Ese poder es una parte estructurada de nuestras economías y sistemas de
organización política y social; hace parte del núcleo de la religión, la
familia y la vida intelectual. Mucho de lo que nosotros asociamos con la
masculinidad gira sobre la capacidad del hombre para ejercer poder y control.”
(KAUFMAN, 1994).
Desde
aspectos religiosos encontramos que los roles han sido dados por Dios o los
dioses, en la Biblia Católica, y
Testigos de Jehová categorizan a la mujer, por ejemplo,
como la fuente del mal por el “pecado original” que echó a Adán del Paraíso o
que ella sea la causa del mal en el mundo como sostienen algunas doctrinas
religiosas y fábulas por haber abierto la caja de Pandora que contenía todos
los vicios.
En
el budismo encontramos que tanto al hombre como a la mujer se le asignaban
diferentes roles y que la mujer no podía pertenecer a los grupos de mojes
budistas ya que corrompían la mente de los hombres, hasta que les fue permitido
este derecho aceptando asumir papeles similares a los de los monjes. Es así
como, se emplea el término de “monja”, que posteriormente se extiende a otras
religiones, pero siempre jugando un papel inferior al que ocupan los hombres en
las religiones.
La
inequidad de género que ha permitido al hombre tener en sus manos asignarle un
papel a la mujer en la sociedad, este papel no es el más cómodo para ellas, ya
que su participación en la sociedad no es equitativa al papel que juega el
hombre. En la sociedad actual la mujer aún es marginada, aún no se le hacen
válidos sus derechos, con menos oportunidades que el hombre para mejorar sus
condiciones de vida, aparentemente y ante la ley hombre y mujeres somos
iguales, eso esta dicho, aunque no se han creado los mecanismos para que
realmente sea valida esa supuesta
igualdad.
Por
años, se ha buscado la equidad de género, por ejemplo la incidencia de las
teorías feministas, de la teoría Queer, esta es una hipótesis sobre el género que afirma que la orientación sexual y la identidad
sexual o de género de las personas son el resultado de una construcción social y que, por lo tanto, no existen papeles sexuales esenciales o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino
formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.
De acuerdo con ello, la Teoría Queer (TQ) rechaza la clasificación de los individuos en categorías
universales como "homosexual", "heterosexual", "hombre" o "mujer", sosteniendo que éstas esconden un número enorme
de variaciones culturales, ninguna de las cuales sería más fundamental o natural
que las otras. Contra el concepto clásico de género, que distinguía lo
"heterosexual" socialmente aceptado de lo "anómalo" (queer), la Teoría Queer afirma que todas las
identidades sociales son igualmente anómalas. Critica las
clasificaciones sociales de la psicología, la filosofía, la antropología y la sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un
solo patrón de segmentación —sea la clase
social, el sexo, la raza o
cualquier otra— y sostiene que las identidades sociales se elaboran de manera
más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios.
(Papalia, 2001)
Sin
embargo, ¿Es nuestra sociedad equitativa en cuanto a género se refiere? ¿Se han
logrado difuminar las deferencias de género? ¿Hasta que punto? ¿Dónde?
En
México, en el municipio de Jonotla, Puebla, la cotidianidad universitaria nos
permite ver actitudes de discriminación hacia las mujeres. Se reproducen
modelos de masculinidades y feminidades articulando, instalando y perpetuando
aquello que han aprendido a lo largo de su vida, lo que permite que en la
Universidad exista la Inequidad de Género, ¿o es que se vive con equidad?
¿Hasta qué punto?
De
ésta manera, nos es importante cuestionarnos:
¿Cómo contribuyen los modelos de
masculinidades a la construcción social de la inequidad de género en
estudiantes universitarios de Jonotla, Puebla al 2011?
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