Saúl Miranda Ramos
Náhuatl de la Sierra Nororiental de Puebla
Por un mundo en el que quepan todos los mundos.
Sub comandante Marcos
Las culturas originarias de México pueden aportar a la solución de problemas sociales contemporáneos que dificultan la relación entre personas y con la naturaleza. Hoy en día se han generado relaciones sociales artificiales, efímeras, instrumentales, utilitarias, superficiales, desechables, contractuales con altos costes emocionales; nos enfrentamos al individualismo, competitividad, productividad, éxito, lucro, consumo, insolidaridad, desarraigo, conflictividad, marginación, soledad, exclusión social, económica, política y cultural, pobreza, violencia callejera y doméstica, criminalidad, alcoholismo, uso de otras drogas, fracaso escolar, laboral, familiar, anomia, inmediatez, sujetos aislados de la historia y desvinculados al medio ambiente. Desde ahí desvalorizamos aquello que proviene de las culturas originarias de México sin imaginar que podríamos encontrar en ellas respuestas a nuestros males.
Foto: Elvia Chaparro |
El tan buscado trabajo colaborativo es manifestado en el tequio para el bien común, el consumo de alimentos orgánicos producidos en las propias huertas, el uso de la herbolaria como respuesta a medicamentos de laboratorio, vivir ceremonias de espiritualidad del “sólo estar”, de temazcal y contemplativas (que vemos también en meditación y yoga en sauna). En las comunidades indígenas la historia se encuentra viva; se vive en el aquí y en el ahora (Mindfulness le llaman los New Age).
Las comunidades indígenas viven en interacción constante con el medio ambiente: con la tierra, el agua, el cielo y las estrellas. Las relaciones sociales son duraderas, familiares y sociales; como el apadrinamiento, y el acompañamiento comunitario en la alegría y dolor. El arte como medio de expresión y sanación; como la danza en grupo, los cantos, la cerámica y los textiles que invocan seres vivos. Las lenguas indígenas, que muchas de ellas son poéticas en sí mismas.
En las comunidades indígenas la participación en la organización es vital, por lo que las personas se sienten incluidas. ¿Qué más podríamos aprender de las comunidades indígenas que tanto son desdeñadas?
Nota del 5 de Mayo de 2018 en el Diario, El Informador.
Guadalajara, Jalisco, México.
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