Crítica al ejercicio profesional actual de la Psicología Comunitaria Gubernamental; hacia una nueva Psicología Comunitaria Organizacional.
Por: Ariadna Belén Molina Rivera. Estudiante
Profesor
Patrocinante:
Ps. Mg. Saúl Miranda Ramos
Universidad Católica de Temuco
En la actualidad, las
Políticas Públicas Nacionales consideran a los psicólogos/as comunitarios/as para
realizar proyectos ejecutables a través de programas que reflejen el
cumplimiento de las demandas manifestadas por la sociedad civil. Es por esto, relevante
replantear el ejercicio de la Psicología Comunitaria Gubernamental y su
definición de comunidad, desde una visión crítica, para poder implementar una
nueva Psicología Comunitaria Organizacional. Aquella, pretende flexibilizar la
praxis de los psicólogos y psicólogas comunitarios/as a fin de fortalecer su
acción en dicho campo, la disciplina en sí y el área en cuestión. Lo anterior,
despliega la oportunidad de potenciar a su vez, los programas con que
ejecutarán los proyectos, considerando a todos los involucrados en su contexto
y no sólo a la comunidad índice que pretende beneficiar.
Hoy en día, la sociedad chilena se
encuentra en constantes crisis paradigmáticas debido a las necesidades históricas
de sus participantes. Lo que se ha manifestado de manera creciente, dado el modelo
socioeconómico neoliberal producto de la globalización; que incrementa el sentir
e impide una adaptación a los cambios constantes. Esto, repercute
psicológicamente en los involucrados e incide a demandar prácticas que
cercioren cambios pertinentes lo más rápido posible. Si no hay respuesta, las
manifestaciones incrementarán gradualmente, generando una amenaza al orden social.
Por ende, el Gobierno Chileno, debe
implementar o modificar las PP a fin de reflejar la resolución de problemáticas
que influyen en la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas. Desde éstas
PP, se ramifican la necesidad de formular proyectos que involucren acciones
orientadas a ejecutar programas que cumplan con lo manifiesto. Muchos de estos
proyectos tienen como participantes a psicólogos/as comunitarios/as en el
diseño para su implementación; lo que podría considerarse como un punto a
favor, dado que amplía el campo de la Psicología Comunitaria (PC) y fomenta el
desarrollo social.
Sin embargo, en el ejercicio actual de Psicología
Comunitaria, se ha ido limitando el término de comunidad como foco de acción. El
concepto se torna ambiguo, gracias a la variación de significados que se le
atribuye, más aún cuando se trabaja con ésta desde el gobierno. Aquel, solicita
que el trabajo de los psicólogos/os comunitarios/as en el presente contexto, se
realice a fin de justificar la ayuda externa de la muestra seleccionada; marginando
a sus participantes como la “comunidad vulnerable con quien se empleará la
solución” a fin de potenciar sus dinámicas habituales, y así, por su cuenta,
puedan solventarse a través del tiempo sin necesidad de volver a manifestarse.
En base a lo anterior, es necesario
preguntarse ¿Estamos trabajando con toda la comunidad involucrada en el
presente contexto? ¿Cómo podríamos potenciar nuestro proyecto, a través de los
programas que lo ejecutarán?
Las respuestas a las preguntas anteriores
radican en la necesidad de replantearse una nueva Psicología Comunitaria, una
Psicología Comunitaria Organizacional. Esta permite cumplir el objetivo de los
lineamientos de las PP, las cuales son el cuerpo de los proyectos que se
dirigen a empoderar a las comunidades beneficiadas. Para esto, se debe
fortalecer al equipo que conformará el programa ejecutor del proyecto, a quién se
debe estimar como una comunidad importante del contexto en cuestión. Comunidad
que, sin ella no sería posible realizar un trabajo orientado al desarrollo
social de grupos en específico.
Desde la visión de la Psicología Organizacional
se podrá analizar cómo, desde su estructura, funcionamiento y subsistemas
pertinentes, el trabajo se despliega desde diversas disciplinas y profesiones
inmersas. Lo anterior, cohesionando el autoanálisis sistemático a partir diseños
metodológicos de la PC, considerando la participación activa del equipo, evidenciando
la pertinencia de una Psicología Comunitaria de las Organizaciones.
Este nuevo enfoque, permitiría solventar
el desarrollo profesional de implicados en equipos y programas comunitarios; a
la vez de asegurar con mayor fuerza el desarrollo social de la comunidad
implicada. Ya no bastaría sólo con redactar los documentos de los proyectos y
cómo se lleva a cabo la ejecución de programas que digan dirigirse al cambio
social, sino que, también se considerará un refuerzo consistente y continuo de
tal ejercicio establecido desde un análisis que realizará la misma organización
para fortalecer sus prácticas constantemente y valorar su continuidad en el
sistema actual. Lo que define la evaluación de un impacto directo en el
fortalecimiento del compromiso político del Gobierno Nacional desde una
Psicología Comunitaria Organizacional.
Por lo tanto, vuelvo a invitar al lector o
la lectora, la necesidad de estar constantemente criticando la praxis que
ejercen los psicólogos comunitarios en la ejecución de proyectos y programas, a
fin de ampliar el campo de acción de la Psicología Comunitaria a una Psicología
Comunitaria Organizacional que trabaje de manera holística y ecléctica la base
teórica ambas vertientes. Fomentando de manera ética, eficiente y eficaz el
desarrollo de nuestras sociedades civiles, en donde se enmarcan los
profesionales implicados en el desarrollo, como a las comunidades beneficiadas.
Referencias
Rozas, Germán (2015). Hacia una
Psicología Social Comunitaria del Sur. Revista de Psicología, Conocimiento y
Sociedad, vol. 5 (2), pp. 278-306. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=475847271012
Reyes, M; Olivares, B; Berroeta, H
& Winkler, M (2015). Del discurso a las prácticas: Políticas sociales y
psicología comunitaria en Chile. POLIS, Revista Latinoamericana, volumen 14
(42), pp. 387-413. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30544552027
Comentarios
Publicar un comentario