Por Valentina
Muñoz Barrientos
Prof. Guía: Saúl Miranda Ramos
Universidad Católica de Temuco
La
Animación Sociocultural (ASC) puede ser definida como un conjunto de prácticas
sociales dirigidas a estimular la iniciativa y la participación de una comunidad en pos de su propio desarrollo. Una
de sus características más relevante es la posibilidad de ser utilizada de
manera simultánea la intervención con la investigación, pudiendo generar
conocimientos nuevos a un contexto en específico. La animación sociocultural
posee técnicas imprescindibles para promover prácticas de participación activa
y desarrollar investigación: el análisis, la planificación, la acción y la
evaluación participativa.
El
análisis participativo de la realidad es uno de los elementos valiosos de la
ASC. Su importancia reside en su
capacidad de brinda información del contexto cual
permite generar un diagnóstico previo que va más allá de establecer necesidades
y recursos del grupo. Más bien, se centra en un análisis conjunto de la
realidad que presta especial énfasis características sociodemográficas,
históricas y culturales de la comunidad. Del mismo modo, identifica las
verdaderas necesidades sentidas por la comunidad, identificando un problema o
situación a base. Confiere una visión de la magnitud del problema y valoración
de este en la cotidianidad de la comunidad. Y, la extensión del problema en
otras áreas. De igual modo, el análisis participativo de la realidad se
enriquece al ofrecer y adquirir conocimiento pleno de los recursos de la
comunidad para utilizarlas como posibles ventas de oportunidades para dar
solución final a las aquejas de esta; estas pudieran ser: infraestructura,
redes de contacto o acceso, actores claves dentro de la comunidad, agrupación
interna, tecnológicos, entre otros. Pues el fin último del análisis
participativo de la realidad es establecer un orden de prioridades de las
acciones a tomar para orientar las posibles soluciones; teniendo como regencia
los intentos previos para enfrentar el evento complejo por cual atraviesa el
grupo.
Por
otra parte, la planificación participativa tiene la finalidad de diseñar un
procedimiento que oriente cada uno de los pasos del grupo. Para lograr diseñar
un procedimiento adecuado es relevante generar un consenso del tipo de acciones
y actividades específicas que se llevar a cabo, para esto es necesario fijar
objetivos. Tener claro cuáles son los objetivos que se buscan conseguir permite
la realización de una acción
transformadora ser factible y evaluable; al ordenar las acciones por medio de
prioridades y justificar la selección de
ciertas acciones o estrategias que se llevar a cabo a lo largo del proceso de
animación. En definitiva, tener objetivos y tareas claras compromete a los
participantes en el proceso posicionándolos como los protagonistas del cambio
su propia realidad, lo cual a su vez, facilita la tarea de organizar al grupo
en una dirección y generar la cohesión del mismo. Una vez aclarado los objetivos
es posible fijar los lineamientos de acción, los cuales buscan optimizar y
coordinar eficazmente todos los recursos
materiales y humanos hacia un fin. Pueden existir muchos caminos para lograr un
objetivo pero no todos se acomodan a la realidad de la comunidad y eso es algo
a tener en cuenta. Por lo cual las indicaciones del procedimiento diseñado deben
de contar con el reparto de responsabilidades entre los participantes y fijar
un plazo para llevar a cabo el cumplimiento de los objetos.
La
acción participativa se orienta hacia el cambio social. Ya que, genera
instancias de participación social que abren espacios para que cada integrante
de la comunidad participe en iguales términos con el resto y tome acciones que
le conducen a una mejora en el contexto social como cultura de su entorno. Por
consiguiente, estas acciones dan cuenta de un proceso de empoderamiento. Es
decir, que la ASC forja una vía para potenciar el fortalecimiento y desarrollo
de cambios en su entorno que dan cuenta de un proceso de empoderamiento tanto a
nivel comunitario como personal. En efecto, permite que la comunidad pueda por
su propia cuenta prever como deben utilizar sus recursos que se encuentra a su
alcance para la puesta en marcha de acciones que den respuesta a sus problemáticas
de forma autónoma y autosuficiente. Sin embargo, es necesario dejar en claro
que este empoderamiento no es resultado evidenciado al finalizar el proceso de
ASC, sino más bien, este se ve reflejado en el transcurso de todo el proceso.
Como por ejemplo, en caso de surgir algún inconveniente para cumplir con los
plazos de la planificación participativa realiza, el grupo puede modificarse
las acciones según estimen convenientes, haciendo uso de su propia gestión.
La
evaluación participativa compone al elemento que permite comprobar si se han
producidos aprendizajes que pueden atribuirse a ASC. La forma más simple de
verificar esto es mediante la verificación del cumplimiento de objetivos tanto
teóricos como de campo. Pudiéndose
determinar hasta qué medida los objetivos propuesto en el proceso de ASC se
llegaron a alcanzar o hasta qué punto la metodología seleccionada para llevar a
cabo el diseño del programa concuerda
con las acciones realizadas y los resultados obtenidos. Además, la evaluación participativa
permitir reconocimiento del proceso por parte de los propios participantes
comunitarios en cuanto a la toma de conciencia de los cambios alcanzados en este proceso y su propia proyección hacia el futuro. Dando
lugar a el inicio de una nueva etapa en la comunidad, en cual, puede dar paso a
motivar a los participante a iniciar un
nuevo proyecto comunitario y
re-definir de nuevos objetivos por
su propia cuenta, y con mayor conciencia de los recursos propios.
Sintetizando,
la Animación Sociocultural es
metodología de la intervención socioeducativa que posee técnicas
imprescindibles para promover prácticas de participación activa y desarrollar
investigación: el análisis, la planificación, la acción y la evaluación
participativa. El análisis de realidad permite a la comunidad reflexionar sobre
la situación en la que se encuentra y en forma de cómo salir de esta por medio
de sus propios recursos mediante el acompañamiento de agentes externos al
grupo. La planificación participativa tiene la finalidad de diseñar un
procedimiento que oriente las acciones de la ASC. La acción participativa
se orienta a generar cambio social por medio de la participación social activa y el
empoderamiento del grupo. Y por último, la evaluación participativa permite
identificar que tan satisfactoriamente fue llevado a cabo el programa diseñado,
así como, las posibles mejoras a implementar. Determinar hasta qué medida los
objetivos propuesto en el proceso de ASC se llegaron a alcanzar.
Referencia:
Herrera Menchén, M. M. (2005). Desarrollo de Proyectos de Animación Sociocultural. Sevilla; Universidad Pablo de Olavide.
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