Juan Sierpe Barrientos
Estudiante de Psicología
Universidad Católica de Temuco
El reemplazo inminente que se avecina a pasos agigantados. El ser humano, con el afán de avanzar en materia de producción o explotación de materias, está totalmente motivado a la creación de herramientas que permitan trabajar o elaborar artefactos tecnológicos, que permitan a su vez, sacar el máximo provecho al recurso natural del planeta. Charles Chaplin en todo momento fue un hombre con una visión extraordinaria y siempre estaba un paso más adelante dentro de su generación cinéfila en materia de crear un filme rico en contenido, y el legado que ha dejado en su espalda, es impresionante en la cultura popular y también en el séptimo arte.
Su visión del futuro es muy crítica, y en la película “Tiempos modernos” hace un análisis cinematográfico de la explotación humana, la creación consistente de máquinas, la desigualdad social, y la falta del ser humano en su factor de vivir en sí, teniendo que luchar dia a dia para sustentarse de diversas formas. Sería precioso que esta cinta envejezca más por su enfoque cinematográfico y artístico, pero lamentablemente la sociedad que Charles Chaplin retrato en su película, no es una sociedad muy alejada a la de hoy, por lo que perfectamente se podría contextualizar a la realidad de diversos países latinoamericanos o del continente africano, donde se mira al ser humano como una máquina productora de productos y los grandes se nutren a ellos mismos, y no al pueblo, provocando una notoria desigualdad.
El reemplazo a la mano de obra humana es una cosa de tiempo, y las famosas máquinas harán de lo suyo y desde ya, están para quedarse. Vivimos en una sociedad automatizada, muy acelerada, donde los cambios tienen que ser inmediatos o de otra forma sería un tiempo perdido y malgastado, en una sociedad donde un “me gusta” en las redes sociales vale más que un “te quiero” fuera de pantalla, donde la juventud basa su vida y relaciones a través de un click. Es por esto que el título de mi texto es “Hombres máquina”, donde estamos perdiendo identidad propia y siendo cada día más artificial olvidando nuestro sentido humano.
Para finalizar me quiero despedir con una frase de Chaplin, de su película “El gran dictador” que creo necesaria para tomarse un momento de reflexión: “Más que máquinas, necesitamos humanidad… Hombres máquinas, con mentes de máquina y corazones de máquina… Ustedes no son máquinas, no son ganado, ¡ustedes son hombres!”
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