Tiempos Perdidos

Gustavo Liempi Hidalgo

Estudiante de Psicología 

Universidad Católica de Temuco

La sociedad consume todo a su paso. En primer lugar, la sociedad es consumista al querer saciar su sed de grandeza. Las personas son una consecuencia de la sociedad que empezó a mutar por sí misma, devorando todo lo que no está a su ritmo. Las personas consumen los restos de una mecanizada sociedad que arroja basura directamente proporcional a la sed de grandeza que las personas han tenido que optar. En segundo lugar, vivimos con una incertidumbre que nos hace desconfiar de todo haciéndonos irritables, enojados y frustrados. A esto se agrega la sistemática vida en la que tenemos que sobrevivir. Si los filósofos pensaban que el cuerpo era una cárcel, en estos tiempos perdidos, la cárcel es la vida. La cárcel es el trabajo y toda su rutina. La cárcel es el lavado de cerebro y las promesas de los políticos. La cárcel es la opresión de nuestro pueblo Mapuche. ¿y qué hacemos? Nos gusta estar encerrados, reconfortados en nuestro radio individualista. ¿Seguiremos siendo seres humanos?, no lo creo. Objetos en constante movimiento es lo que somos. Movimiento por miedo a quedar atrás de esta tecnológica sociedad. En tercer lugar, la industria está sobreexplotada. Somos nosotros los que no rompemos las cadenas que nos han puesto. La sociedad avanza, con la industria y sus enfermedades. Y nosotros, para alcanzarla, tomamos lo que nos ofrece, y no lo que nuestro corazón nos manda. En último lugar, nuestros tiempos se han perdido, por querer estar en el primer lugar de la fila para entrar al corral. Nuestra alma se ha marchitado debido a lo rápido que nuestro cuerpo se ha consumado por las decisiones de nuestro sucio corazón. En conclusión, ¿existe alguna salida?, yo creo que sí, y es detenerse. Es sentarse, observar(se) y reflexionar(se). El tiempo perdido no se recupera, pero los tiempos modernos que siguen viniendo, se deben vivir en el aquí y el ahora.